Descripción:
La reforma de justicia penal en México no solo ha revolucionado la forma en que percibimos el derecho, también ha reavivado las inquietudes respecto de la expresión del derecho como lenguaje. En dicho sentido, es necesario retomar y desarrollar el esfuerzo de sistematización de los lenguajes que confluyen en el discurso penal, respecto de la vida del derecho, en la operación del sistema de justicia. Por ello, en el presente trabajo, se hará un esfuerzo por estructurar y ordenar el discurso del derecho desde la complejidad de su función frente a los diversos discursos que, de forma directa o auxiliar, permiten al contenido argumentativo de su motivación. Y con ello permitir al discurso del derecho penal ser susceptible de revisión y análisis frente al reto de resolver la conflictiva propia de la sociedad de una forma clara y objetiva, disminuyendo el margen de error de las decisiones que inciden en los más importantes bienes jurídicos del ciudadano, tal como la seguridad y la justicia.En el Derecho convergen múltiples discursos con diversas reglas de apreciación, los que en su conjunto permiten desarrollar un metadiscurso cuya teleología es la correcta solución a conflictos sociales. El comprender que la construcción del derecho desde normas generales o de aplicación particular constituye la creación de un discurso que se vale de las reglas del conocimiento científico (proposiciones probatorias), de las máximas de la experiencia (proposiciones de hecho) y del discurso normativo (proposiciones de derecho), implica comprender la necesidad de sistematizar los mismos, a efecto de hacerlos predecibles y controlables y, con ello, crear una solución más próxima a la certeza, que implique un menor margen de error. De ahí que el contenido de lo que entendemos como esclarecimiento de los hechos sea, en virtud de la racionalidad y objetividad discursiva de su construcción, complejo.