Descripción:
Existen dificultades para establecer la relación entre el uso de alcohol, su consumo excesivo y la conducta antisocial. Tal relación de ningún modo puede verse como casualmente simple, dado que existe
también relaciones falsas o aparentes sin conexión etiológica real. Por ejemplo, la bebida puede tener lugar en ambientes o con compañeros que pueden conducir al crimen. Los infractores que están en estado de ebriedad tienen mayor probabilidad de ser atrapados por la ley que los que se mantienen sobrios. Estudios en la población de prisioneros que seleccionaron muestras de infractores señalan que los historiales de patrón de consumo alcohólico revisado retrospectivamente poseen objetividad dudosa, y el consumo de alcohol puede acompañarse de el consumo de otras drogas. La conducta de un hombre en estado de ebriedad aumenta también las posibilidades de inducir
violencia por parte de otras personas