Descripción:
La lengua wixárika (Sierra Madre Occidental, México) tiene un rico sistema de composición y derivación morfológica que permite hacer clasificaciones complejas de los objetos y fenómenos del mundo. Esto se observa en algunos términos de enfermedades culturales específicos: el sufijo ¿xiya, se añade a una raíz nominal. El objetivo de esta investigación es demostrar que esta composición va más allá de los aspectos puramente morfológicos y obedece a procesos metonímicos que representan formas de organización cultural. Esta investigación se basa en el modelo semántico integral de Fauconnier y Turner, (1998) y los esquemas dinámicos de Brandt y Brandt, (2005). A setenta y tres hablantes de wixárika se les pidió que describieran el origen, los síntomas y el proceso de curación de los males de su etnia. Los resultados muestran, en primer lugar, la incorporación de las raíces nominales culturalmente significativos con el sufijo ¿xiya, para crear los términos de estos males culturales. En segundo lugar, las palabras en wixárika implican cualidades intrínsecas de los elementos tradicionales. En consecuencia, los signos y síntomas de la enfermedad tienen una gran similitud con los rasgos semánticos del elemento cultural con el que se combina ¿xiya. Este es el caso porque se considera que estos elementos se introducen en el cuerpo humano para imponer una enfermedad en la víctima. Este proceso se lleva a cabo vía metonimia. El chamán extrae el elemento del cuerpo del paciente. La extracción es curativa. Estos males culturales pueden ser percibidos como complejas estructuras conceptuales, cuya representación se basa en los efectos fisiológicos relacionados con las características principales de las entidades extrañas para el cuerpo humano, y vinculado a las formas de representación cultural. Este análisis pone de manifiesto determinados procesos metonímicos que participan en la categorización de algunos males del pueblo wixárika. Asimismo, apoya la idea de que el sistema conceptual organiza conceptos abstractos basados en experiencias concretas, en términos de cómo el lenguaje refleja la forma en que las personas captan el mundo que les rodea, y su forma de interactuar con él.