Descripción:
Alguna vez me sentí sorprendido y enfadado ante la situación de que mi primo Luis, que en aquel entonces tendría catorce años, fuera catalogado por la buena conciencia de su madre como afectado por el trastorno por Déficit de Atención Hiperactividad (TDA-H), de acuerdo a pruebas que le habían hecho del cerebro y otras cosas. O sea que cualquier molestia que nos genere el chamaco, se debe a un trastorno, pensé aquel día. Tiempo después, a mi cuñada le dicen en el jardín de niños que su pequeño de cuatro años, tiene el TDA-H (todos sabíamos que el niño era tremendo) y que era preciso medicarlo o de lo contrario no podría seguir asistiendo. Luego, programas de televisión y notas en medios impresos al por mayor hablando del tema. El TDA-H es, según dicen estos medios, el trastorno más diagnosticado en niños en edad escolar: alrededor del 6% de esta población vive con él.