Descripción:
La menstruación, como condición biológica de las mujeres, se sostiene en una particular gama histórica de significados y alberga, al mismo tiempo, en ciertos contextos, el desconocimiento de una mujer al respecto del funcionamiento de su propio cuerpo. Estos significados se encuentran hasta hoy en día, en el centro del tabú, donde el rechazo y las prohibiciones han configurado las representaciones, significados y formas sobre cómo se debe menstruar. El diagnóstico aplicado con mujeres de varias estructuras familiares y distintas generaciones ha dejado ver una constante: la menstruación llega en contextos de carente información y actitudes positivas para favorecer la autonomía de las niñas y adolescentes. Los tabúes, las creencias religiosas, los discursos prohibitivos y mandatos de higiene sostienen la experiencia menstruante de muchas mujeres. El ciclo menstrual es un fenómeno multidimensional, ya que se dan en él toda una serie de influencias recíprocas que no son solo biológicas o psicológicas, también socioculturales. Desde el elemento del rito que nos ofrece Mary Douglas (en su libro Pureza y peligro) hasta las más recientes consideraciones feministas respecto a la apropiación del cuerpo que se ha negado históricamente a las mujeres, es que vale las reflexiones y discusiones que mitiguen la censura en las relaciones cotidianas primeramente como lo es la convivencia familiar entre mujeres, que es, además intergeneracional, para proponer entonces, una intervención que ha sido en la modalidad en línea para brindar estrategias de acompañamiento a los procesos menstruales de las generaciones más jóvenes y poder entonces construir espacios de resignificación de la menstruación para las mujeres que cuida, quienes crían y muestran qué es, cómo se vive, cómo se siente menstruar.