Descripción:
Los adolescentes presentan problemas de salud heterogéneos; actualmente, se ha incrementado la presencia de conductas alimentarias de riesgo (CAR) y estilos de vida no saludables en los jóvenes, contribuyendo a las cifras de sobrepeso, obesidad y problemas como los trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos. De ahí la importancia de potencializar un nivel de resiliencia alto para afrontar estas situaciones dañinas para la salud. El objetivo del estudio fue determinar la relación entre las conductas alimentarias de riesgo, estilo de vida y nivel de resiliencia de estudiantes de educación media superior del municipio de Santiago de Querétaro. Es un estudio transversal y analítico. Se incluyeron 385 adolescentes inscritos en planteles públicos de 14-19 años, ambos sexos. Se midió peso, estatura y se calculó el índice de masa corporal para la edad. Se aplicó una batería de instrumentos para medir las variables conductas alimentarias de riesgo, estilo de vida, y nivel de resiliencia. Para el análisis de datos se utilizó estadística descriptiva. La relación de las variables de estudio se determinó con la prueba de X2. Los hallazgos muestran que 23.4% de los adolescentes presentó sobrepeso (hombres 23.5%; mujeres 23.2%) mientras que 9.4% obesidad (hombres 8.0%; mujeres 10.6%). Las conductas alimentarias de riesgo se relacionan con el nivel de resiliencia respecto a las dimensiones, competencia social (X2=13.03) y competencia personal (X2=9.86), al igual que con el estilo de vida en las dimensiones alimentación (X2=8.64), consumo de drogas (X2=7.09), sueño (X2=5.91) y estado emocional autopercibido (X2=8.51). Se concluyó que un nivel de resiliencia bajo y medio en dimensiones de competencia social y competencia personal se relaciona con la adopción de CAR. Los adolescentes que presentaron CAR tienden a llevar a cabo prácticas no saludables en el estilo de vida en dimensiones de alimentación, consumo de drogas, sueño, y estado emocional autopercibido.