Descripción:
El estudio analiza la práctica profesional del diseño gráfico en el contexto de la
cultura digital y expone una paradoja: pese a su gran relevancia para la
comunicación contemporánea, persisten tensiones laborales y un escaso
reconocimiento social. Desde una mirada crítica, se plantearon tres objetivos:
primero, examinar cómo las infraestructuras y lógicas del entorno digital:
plataformas, algoritmos, inteligencia artificial y aceleración tecnológica,
reconfiguran la visibilidad, el tiempo de trabajo, la especialización y su valor
económico; segundo, reconocer las estrategias de organización de las y los
profesionistas en el uso de plataformas, modalidades de trabajo, actualización y
gestión del tiempo; y tercero identificar las tensiones que atraviesan las
trayectorias laborales: brechas de género, educación, acceso a recursos y
salarios. Metodológicamente, se adoptó un enfoque mixto con una encuesta digital
dirigida a diseñadores gráficos del estado de Querétaro y trece entrevistas en
profundidad, cuyos resultados fueron contrastados para un análisis integral. Entre
los hallazgos principales destacan cuatro factores clave que se originan en la
mediación entre dispositivos y plataformas: primero, la actualización de software y
dispositivos acelera el desarrollo de habilidades digitales; segundo, las
plataformas incrementan la presión por una presencia constante que diluye la
frontera entre jornada laboral y tiempo personal; tercero la centralidad de la
imagen digital sobreespecializa y reduce el trabajo en tareas operativas y técnicas
en detrimento de procesos reflexivos y convierte la creatividad en un proceso
reactivo; cuarto, la competencia se disputa en la acumulación de capital visual,
para distinguirse e intercambiarlo por trayectorias estables, afectando
especialmente a recién egresados y condicionando el desarrollo profesional,
generando incertidumbre e inestabilidad. Se concluye que la práctica profesional
está fuertemente condicionada por la actualización tecnológica continua y por la
falta de reflexión crítica y ética sobre su papel en el entorno digital, lo que plantea
la necesidad de estrategias colectivas que fortalezcan criterios de curaduría y la
enseñanza del diseño gráfico, y mejoren el acceso equitativo a herramientas permitiendo condiciones laborales dignas frente al avance de la automatización y
la inteligencia artificial.