Título :	Evaluación del efecto de leche con β-caseína A2 en la tolerancia gastrointestinal de sujetos intolerantes a la leche.
Autor(es):	Gabriel José Medel Rodríguez
Palabras clave:	Intolerancia a los lácteos β-caseínas Tolerancia gastrointestinal Digestión de lactosa Espirometría de hidrógeno
Área:	MEDICINA Y CIENCIAS DE LA SALUD
Fecha de publicación :	jun-2024
Editorial :	Universidad Autónoma de Querétaro
Páginas:	1 recurso en línea (36 páginas)
Folio RI:	CNMAC-317851
Facultad:	Facultad de Ciencias Naturales
Programa académico:	Maestría en Ciencias de la Nutrición Humana
Resumen:	La leche de vaca ha estado presente en la dieta humana por milenios debido a su valor nutricional y palatabilidad. No obstante, factores como la mala digestión de lactosa (MDL) y el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) afectan su consumo. Además, la presencia de β-caseína A1 podría intensificar la intolerancia a los lácteos debido a la liberación de la β-casomorfina 7, péptido con características opioides que se ha relacionado con diversos efectos adversos en tránsito e inmunidad intestinales. Por el contrario, la β-caseína A2 parece ser beneficiosa para la salud, especialmente en la intolerancia a los lácteos, sin embargo, la evidencia científica no es contundente. El objetivo de este estudio fue evaluar la tolerancia gastrointestinal (TGI), consistencia de heces fecales y digestión de lactosa (valores de hidrógeno espirado evaluados a través de espirometría de hidrógeno) en sujetos que se declaran intolerantes a los lácteos, posterior a la ingestión comparativa de leche con cien por ciento de β-caseína A2 y leche con ambos tipos de β-caseínas A1/A2. Con un diseño experimental, aleatorizado, doble ciego y cruzado, se conformó una muestra de 44 adultos, aparentemente sanos y autodeclarados intolerantes a los lácteos. Los resultados mostraron menos síntomas moderados posterior al consumo de leche A2/A2, con una diferencia significativa entre ambas leches para el síntoma dolor abdominal (leche A1/A2: 0.91±1.18 vs leche A2/A2: 0.55±0.82; p = 0.047). No se encontraron diferencias significativas para la consistencia de las heces (p = 1.000 según prueba de McNemar). El 38.6% de los participantes presentaron MDL y 61.4% mostraron adecuada digestión de lactosa, de acuerdo a sus valores de espirometría de hidrógeno. No se encontraron diferencias entre los promedios de hidrógeno espirado posterior al consumo de leche A2/A2 y leche A1/A2 (13.60±1.12 vs 14.12±0.97, p=0.778). Se encontró una asociación significativa entre la TGI y los valores de hidrógeno espirados en ambas leches (p < 0.0001) y entre el consumo de productos lácteos y la TGI (p<0.0001). En conclusión, para la población estudiada, el tipo de β-caseína parece influir en la TGI específicamente para el dolor abdominal, pero no para la consistencia de las heces o la digestión de lactosa.
URI:	https://ri-ng.uaq.mx/handle/123456789/11179
Aparece en:	Maestría en Ciencias de la Nutrición Humana

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