Esta investigación parte de reconocer que el enfoque tradicional para la evaluación de la calidad de vida municipal es limitado y que se centra en aspectos materiales y tangibles. Se ha observado que los discursos gubernamentales a menudo hacen hincapié en la importancia de contar con espacios públicos como parques, canchas deportivas y áreas verdes como indicadores clave de calidad de vida. Por ello, el objetivo inicial de esta investigación fue ir más allá de lo cuantificable y tangible, y emprender una exploración hacia conocer los elementos subjetivos y simbólicos que también influyen en la percepción de calidad de vida de las personas. Para ello, se seleccionó a La delegación La Negreta como caso de estudio debido a la presencia de una variedad de espacios públicos significativos en su territorio. Estos espacios públicos no solo se evaluaron en términos de su existencia, estado físico y distribución, sino también en términos de cómo eran utilizados por la comunidad y cómo contribuían a las prácticas sociales y a la sociabilidad local. El enfoque metodológico de la investigación se basó en la tradición cualitativa y fenomenológica. Se realizó un trabajo etnográfico, lo que permitió una comprensión más profunda de la relación entre espacios públicos y calidad de vida en el contexto de este asentamiento urbano. Mediante este diseño metodológico, se buscó identificar una cadena de relaciones entre los espacios públicos y la percepción local de calidad de vida. La hipótesis que guio la investigación enfatiza que los espacios públicos desempeñan un papel fundamental en la construcción de calidad de vida en asentamientos urbanos, siempre y cuando estos cumplan con funciones como el proporcionar oportunidades para la recreación, fomentar la sociabilidad y la socialización, y promover la identidad local. Sin embargo, se fue vislumbrando que lo anterior requiere una serie de compromiso tanto por parte de las autoridades como de los grupos civiles involucrados en la creación, cuidado y mantenimiento de estos espacios. A lo largo de más de dos años de trabajo de campo, la investigación se vio influenciada por eventos políticos locales, como las elecciones, así como por el impacto del COVID-19 en la vida cotidiana y la percepción de la calidad de vida. Estos sucesos brindaron una visión adicional sobre cómo los contextos sociales y políticos afectan la relación entre espacios públicos y calidad de vida. Se concluye que espacios públicos deben considerarse no solo como lugares físicos, sino como elementos que influyen en la construcción de sociabilidad, socialización e identidad de la comunidad. Asimismo, la investigación demuestra que la calidad de vida es un concepto multidimensional que no debe reducirse a indicadores materiales. La percepción de calidad de vida, en este sentido, se influye por factores tanto subjetivos como simbólicos, además de elementos tangibles. Por lo tanto, al evaluar la calidad de vida en asentamientos urbanos, es esencial considerar una variedad de variables y aspectos culturales, sociales y territoriales que influyen en la valoración por parte de la comunidad.