Cuando se extendió el uso de los caballos entre los habitantes de nuestro país, sin distinción de castas ni de jerarquía, debido a las necesidades del campo surgió la charrería. De los charros del campo, de los arrieros (que también eran hombres de caballos), de ese conglomerado de hombres valientes, salieron la mayoría de contingentes de patriotas que combatieron en todas nuestras luchas libertarias, desde la Guerra de Independencia hasta la Revolución, sin olvidar las intervenciones extranjeras (Martínez del Río, 1960).