El síndrome metabólico (SM) es una de las condiciones patológicas que mayor impacto tiene en los índices de morbimortalidad a nivel mundial, en especial en aquellas poblaciones en las que existen factores agregados que coadyuvan en su manifestación. Estos factores pueden ser la alta ingesta calórica, la carga genética, el enfoque cultural de cada población respecto a la actividad física, entre muchos otros. Es bien conocida la relación que guarda con la diabetes mellitus (DM) y la aparición progresiva de enfermedades cardiovasculares, de ahí la importancia de profundizar en su estudio. En México la incidencia se mantiene en aumento debido al creciente índice de sobrepeso y obesidad en la población (ENSANUT 2018). En los adultos de 20 años o más, el 75.2% cursan con sobrepeso y obesidad (39.1% y 36.1% respectivamente), mientras que en 2012 el total fue del 71.3%. Otro de los factores causales propuestos son los bajos niveles de adiponectina, y al aumento en la producción de citocinas proinflamatorias como la interleucina 1 Beta (IL-1B), por lo que se evaluó si existe relación entre la presencia de síndrome metabólico y las concentraciones séricas de adiponectina e IL-1B en los participantes. Este estudio, utilizó una muestra de 100 individuos con edades de entre 40 y 70 años, en los cuales se evaluó la presencia de síndrome metabólico y se cuantifico mediante ELISA las concentraciones de adiponectina, obteniendose en la muestra sin síndrome metabólico una media y desviación estándar de 76.9 ± 52.22 μg/mL, mientras que para los sujetos con SM fue de 64.88 ± 53.37 μg/mL, mientras que para las concentraciones de IL-1B sin SM fue de 0.11 ± 0.09 pg/mL y con SM de 0.11 ± 0.11 pg/mL. Concluímos que, aunque no se presentó una correlación estadísticamente significativa entre la adiponectina y la IL-1B con respecto al síndrome metabólico, se hallaron relaciones de significancia estadística entre varios de los factores mórbidos que lo conforman como el perímetro abdominal e hipertensión arterial con ambos biomarcadores.