En el presente proyecto se lleva a cabo una lectura crítica sobre los discursos construidos, con los cuales la institucionalización del arte ejerce efectos de apoderamiento, limitando lo que la obra de arte representa de manera universal. Como consecuencia de esto, la interacción que el receptor tiene con la producción artística queda completamente construida y sin espacio para encontrar otros sentidos en la obra. Este marco impuesto es regulado por galerías, museos y revistas, así como por la crítica de arte y la filosofía, en esta última, el arte ha abierto discursos en búsqueda de origen y verdad. Por este motivo se parte de la lectura reflexiva de Crítica del juicio (1970) de Immanuel Kant y Lecciones de Estética de Friedrich Hegel (1820-1828), obras que el filósofo francés Jacques Derrida sometió a observación en distintos ensayos elaborados en la década de los setenta, dichos textos dieron lugar a la publicación del libro La verdad en pintura (1978). Desde las preocupaciones teóricas de Derrida, que trascienden al marco institucional y al canon de las obras de arte, se reflexiona sobre la forma en que se leen y se interpretan las producciones artísticas con la finalidad de encontrar paradojas en los discursos elaborados, construcciones que en la actualidad siguen siendo un aporte trascendental a la crítica del arte. Asimismo, se teoriza al receptor como sujeto activo que busca otros sentidos en la obra de arte, un receptor ideal desde el discurso derridiano; esta indagación se realiza a través de la lectura de los postulados teóricos como el marco o párergon, entendido como el límite entre el afuera y el adentro de la obra, o el trazo, para hablar del producto artístico en términos de huella, así como la presencia-en-ausencia y su vínculo con el espacio-de- intensidad, comprendido como el espacio de relaciones entre la creación y la contemplación. Para efectuar el análisis se aborda La verdad en pintura con el objetivo de descentralizar, por medio de la deconstrucción, la institucionalización del arte, asimilada como reguladora de las interpretaciones y de las formas de leer las obras para desplegar sentidos infinitos.