Descripción:
El intenso crecimiento urbano del Municipio de Querétaro ejerce una fuerte presión sobre los procesos geomorfológicos, hidrológicos, climáticos y ecológicos de una región. En un proceso de desarrollo sustentable, el crecimiento económico de tipo endógeno o interno debe promover que las zonas rurales brinden servicios ambientales y productivos para el consumo de las zonas metropolitanas, intercambiando para ello servicios y recursos que eleven la calidad de vida de los habitantes y promuevan la conservación de los recursos naturales. Esta dualidad entre hombre-entorno, así como los impactos de su interacción, se estudian mejor en el contexto del espacio definido por una cuenca hidrográfica; en este sentido, las partes altas de las cuencas funcionan como zonas alimentadoras y las partes bajas como zonas de consumo de bienes y servicios ambientales. En este entorno es importante conservar las áreas boscosas y matorrales, que favorecen la infiltración de las aguas de lluvia, potencian la recarga y disponibilidad del agua potable y evitan o reducen la ocurrencia de inundaciones y aluviones que pueden causar pérdida de vidas, destrucción de la infraestructura e interrumpen la circulación y la vida normal de las metrópolis. Hasta ahora, los planes reguladores han intentado conservar estas áreas para que cumplan sus funciones y servicios ambientales, pero es evidente que las tendencias y razones económicas sobrepasan los límites de una urbanización sustentable. En este trabajo se analizan los elementos que definen la aptitud del territorio para un crecimiento sustentable, se revisan las metodologías en que se basan los planes de desarrollo urbano y se aplica el método multicriterio al caso de la microcuenca Sta. Rosa Jáuregui en la Delegación del mismo nombre. Con el fin de contrastar el patrón de crecimiento de esta demarcación, los resultados son comparados con el modelo establecido en el Plan que Ordena y Regula la Zona Conurbada de la Ciudad de Querétaro. Estos resultados indican que el crecimiento urbano no puede frenarse o limitarse, pero con la incorporación de nuevas variables ambientales (zonas inundables, infiltración) para determinar la aptitud pueden dar a la ciudad una nueva forma de integrar su estructura urbana con el medio natural en la cual siempre ha estado inmersa.