Descripción:
Es innegable que la política, principalmente la del periodo contemporáneo ha sido objeto de preocupación y atención a lo largo de nuestra historia, entre diversos paradigmas de la política social, principalmente el dominante y el emergente cuya consideración ha ido reflejando las ideologías imperantes en cada época particular; contrasta diversas dimensiones: institucionalidad, soporte económico, la capacidad de elegir un curso de acción entre todas las disponibles, plan de gobierno, criterio de prioridad y estrategias de apertura, población beneficiaria etc. Razón por la cual ha sufrido una renovación en sus formas de proceder; sin embargo, la insatisfacción ciudadana y la tiranía son un ejemplo sintomático de la crisis política en muchos países que trasluce la ansiedad, la desesperación y las aspiraciones de las diferentes clases sociales: La inconformidad se contrapone a las formas tradicionales y la ambigüedad de los objetivos, las estrategias y la significación de la misma. Diferentes gremios han llegado a la conclusión de calificar a la política como un hecho acabado, cuyo legado ha sido el lamento de un frustrado ideal universal, pese a ello, dicho tema aún constituye un objeto importante y recurrente para filósofos, sociólogos y politólogos. Hannah Arendt, considerada una de las pensadoras más destacadas en este rubro, realiza una reflexión sobre la violación del sentido y el conocimiento de la condición humana ¿evidentemente política¿ en su época, que no está muy lejos de la nuestra. Si bien es cierto, el pensamiento de Arendt se origina principalmente en la ontología de Heidegger más ella introduce connotaciones que indican una nueva forma de pensar, estableciendo el estado de la humanidad en el mundo comprendida desde su capacidad de actuar, pues solamente en la acción el ser humano desarrolla su plena libertad. Los hombres se encuentran para tratar los asuntos humanos comunes a partir de la palabra y la acción; el discurso permite presentarse, establecer un espacio compartido donde se respeta la pluralidad y puede surgir la novedad, el inicio de un acontecimiento, es decir: la natalidad. La política al tratarse del estar juntos y los unos con los otros de los diversos, es lo que da nacimiento al lenguaje y a la acción permitiendo posteriormente el acuerdo entre quienes se han reunido para deliberar algún asunto, por ello creemos conveniente incluir un breve análisis sobre el modelo que ofrece la ontología del lenguaje, pues suponemos, se complementa con el pensamiento de la filósofa alemana. Con todo esto, se busca presentar además de una revisión de ciertos postulados planteados por Hannah Arendt y el Dr. Rafael Echeverría en su Ontología del lenguaje, recuperar la visión de una política vivencial, de interminables rupturas e inicios, siempre dinámico en su encuentro con los otros y despojado de todo atisbo instrumentalista, ofreciendo así un panorama distinto acerca de lo que podría ser un pensamiento alternativo de política, uno más afín.