En este texto intentamos hacer una comparación entre la educación tradicional y una educación en libertad en la enseñanza del derecho con estricto respeto a este y a la dignidad del ser humano. Esto con el fin de mostrar que en nuestros días es vigente fomentar una educación basada en la práctica de la libertad y tolerancia a los otros. Libertad que entendemos como la única forma de vivir en plenitud, consistiendo la libertad en elegir de forma incondicional, incuestionable. Ser libre es, en este sentido, atreverse a pensar, a volar, a ejercer el movimiento patético. Y por último, tolerancia entendida como capacidad para escuchar las opiniones de los demás, respetarlas, entenderlas y comprenderlas aún y cuando no se acepten o compartan. Nuestra propuesta es una educación en libertad en la enseñanza del derecho con estricto respeto a este y a la dignidad del ser humano. Entendiendo por derecho, no la ley, sino la búsqueda de forma de vida, buscando la sana convivencia gregaria y el desarrollo de las capacidades de los individuos. Siempre con la idea clara de que se debe de respetar los derechos y la dignidad del hombre. Siendo la dignidad un valor elevado en el que otros valores se conjugan y se conforman. Es un valor que es poseído por la persona que le permite tener una interioridad definida, única, ser trascendente en la vida a través de sus actos. La dignidad persiste por sí misma, a pesar de que se encuentre oculta o desdibujada, pues no depende de nada para existir, solo del hecho de ser persona, pues constituye la razón primordial del ser humano. La violación de la dignidad siempre es una injusticia y no es defendible bajo ninguna circunstancia, aún so pretexto de educar a la persona.