La producción de café en México ha mostrado cambios radicales en los últimos 20 años. Esto no sólo se ha originado por factores económicos relacionados con la alta competitividad de los grandes países productores de este grano, también han influido factores políticos, sociales, climáticos y culturales. En este contexto, una de las problemáticas a las cuales se han enfrentado los productores de café ha sido la generación de una estrategia que permita elevar la producción de este grano mediante el uso de tecnología agrícola. México se ha quedado fuera de los principales países productores de café, la producción del aromático ha bajado de manera drástica, nuestro país ha pasado de ser el tercer productor de café a nivel mundial en los años ochenta, al quinto sitio en 2009 y en 2011 la producción actual del grano nos ubica en el séptimo lugar con cuatro millones doscientos mil sacos producidos (AMECAFE, 2011).