La imagen es un poderoso instrumento en nuestros días, la creación pictórica ha acompañado al hombre desde la antigüedad, la imagen es también un instrumento de comunicación y en la actualidad es una herramienta de consumo, una imagen puede influir y persuadir a cualquiera. Es evidente el dominio de lo visual sobre las otras percepciones, pues de entre los cinco sentidos el visual parece tener mayor influencia en la mayoría de las personas. La visión permite percibir objetos y generar una imagen, los elementos de dicha imagen permanecen impresos en cada uno de nosotros y logran marcar el cuerpo. Las imágenes de todo tipo tienen una fuerte influencia en la vida cotidiana, al ver una imagen -un comercial por ejemplo- podemos cambiar la manera de vestir, perder peso, simples valores estéticos pero que finalmente logran modificar algo en el cuerpo. Pero la imagen no es exactamente igual al objeto original, las imágenes no logran ser una réplica exacta, siempre queda un detalle que se omite y se olvida. Con las imágenes que percibimos sucede algo similar, solo algunos elementos de una imagen se registran y se inscriben en la memoria, en cambio otros quedan en el olvido total. El cuerpo reacciona ante la imagen con emociones y acciones, algunas de esas imágenes no solo perturban el cuerpo físico, sino también el cuerpo psíquico. Parece pues que la función de la imagen va más allá del placer visual y gira en torno a despertar algo en nuestro interior, como deseos, anhelos miradas.