El desempleo se ha convertido en un dolor de cabeza para la sociedad, situación que parece estar fuera de control para los que nos gobiernan, aunque se dice que ciertos estados, ciudades, localidades y comunidades están generando a diestra y siniestra elevados números de plazas laborales, es meramente un dato estadístico más que publican los representantes del estado, información que para los que tienen el privilegio de contar con un empleo formal lo toman a la ligera pero, para muchos de los que no lo tienen, provoca enfado y frustración. Sin duda alguna este problema socioeconómico ha rebasado por mucho el bienestar de cientos de familias en nuestro país, debido a la nula estabilidad que esto conlleva; convirtiéndose en un problema más serio, es decir que de acuerdo a la investigación realizada a 50 sujetos en situación de desempleo en las diferentes agencias y/o ferias de empleo de la ciudad de Querétaro, se pudo llegar a la conclusión de que 30 de ellos comenzaron a tener dolor de cabeza y presentar episodios de insomnio de los cuales 12 han tenido repercusiones en su salud debido a la presión que dicha situación ha orillado; dichas afectaciones van desde dolor de cabeza, gastritis e hipertensión arterial. Debido a estos malestares físicos y la situación de desempleo que viven las personas desempleadas, 25 manifiestan sentirse tristes, melancólicos e inclusive desmotivados, lo cual indica que presentan rasgos de depresión. Ante estos resultados, es preciso buscar algunas alternativas de solución para prevenir algunos acontecimientos que pueden llegar a ser irreversibles ya que la depresión según la OMS (Organización Mundial de Salud) afecta a 350 millones de personas en el mundo y amenaza con ser, en las siguientes dos décadas, la segunda causa de discapacidad.