Descripción:
A partir del análisis de situaciones sociales en dos comunidades de la ciudad de Querétaro, cuestionamos la legitimidad de pensar la seguridad sólo desde la óptica del combate a la criminalidad. Mostramos otras maneras de pensar, vivir y producir la seguridad.
Enfocamos la seguridad a partir de las implicaciones de la desestructuración de un modelo de justicia basado en la protección social. Esta desestructuración produce en la vida cotidiana de nuestros sujetos, desprotección y violencia, esto es inseguridad. La inseguridad está en el trabajo precario, en las nuevas políticas sociales, en la falta de oportunidades y en las familias.
Esta ruptura ha hecho mella sobre instituciones como el Estado y la familia, que le daban certeza y regularidad al intercambio social. Así, tales aparecen no sólo como instituciones menos legítimas, sino también menos eficientes en la producción de seguridad. Ello habilita a los sujetos para producir su seguridad. Por lo tanto, la seguridad se descentraliza, pasando del Estado como centro al sujeto como centro.
Aunque afectados por la inseguridad, nuestros sujetos no carecen de fuerza. La crítica exhibe su fuerza, pero también el momento de arranque en la producción de la seguridad. La crítica funciona como muro frente a lo que violenta, sea la familia, o el Estado. Así, en Santa María, la deuda histórica, es una crítica que principalmente se dirige contra el abandono y violencia del Estado. En Menchaca, la falta de respeto es una crítica dirigida primero hacia la familia, luego hacia el Estado.
La crítica justifica prácticas para producir la seguridad. Así, en ambos territorios el robo y la violencia son maneras de protegerse. En esta lógica, se crea un orden en el que es central la identificación de un enemigo y, por lo tanto, la negociación es imposible.
Aparecen también otras maneras de producir seguridad, que pasan por la construcción o reconstrucción de un orden comunitario autónomo frente al Estado. El mero intento de separación posibilita la negociación frente al Estado y, en ello, se obtienen algunas de las protecciones demandas por la comunidad.