El presente trabajo permite al lector, visualizar otras posibilidades de la enseñanza de la composición musical dentro de la educación básica. A fin de mostrar un panorama donde lo intuitivo, lo intelectual y lo emocional, convergen y se complementan para dar paso al potencial creador que es parte de la esencia de todo ser humano. En los tres primeros capítulos se muestran algunas posibilidades de esta propuesta tripartita que puede permear en cualquier aspecto de la comprensión, ejecución y creación de la música, para dar pasos a la última parte en donde se narran algunas experiencias que sirven de ejemplo de cómo la intuición nos permite encontrarnos con la música que vive en nuestro interior, cómo lo intelectual, junto con los distintos métodos de música, son excelentes herramientas para que lo intuitivo pueda ser en el mundo sonoro y finalmente cómo el intérprete o compositor tiene en la música un forma única de expresar sus emociones y sensaciones. Se expone cómo la creación es lo propio de niños y jóvenes, además de concebir al arte sonoro y a la música como un lenguaje que permite expresar aquellas cosas que las palabras no pueden, todo aquello que es inefable y que es propio del mundo interior de los seres humanos.