Considerando las nuevas formas de entender la naturaleza y objeto del diseño arquitectónico, particularmente las expresadas por Flores Gutiérrez (2016) (quien afirma que el diseño arquitectónico debe partir de la comprensión de la complejidad humana y tiene por objetivo la generación de habitabilidad), se juzgó oportuno replantear también la forma en la que puede formarse a los estudiantes para practicar ese diseño. Para esta investigación, debido a la comprensión en común que se tiene acerca de la persona y la evidencia de sus resultados positivos, se propuso implementar una estrategia para la clase de Diseño I basada en el Enfoque Centrado en la Persona y orientada hacia la adopción de los postulados acerca del diseño arquitectónico mencionados. Con esta estrategia, se pretendió, además, despertar en los alumnos iniciativa, responsabilidad, creatividad y libertad. Se realizó una extensa investigación documental y en aula para establecer una praxis que se tradujo en un esquema semestral de trabajo para un grupo de primer semestre. Este programa fue implementado y después evaluado utilizando herramientas para el análisis de Experiencia del Usuario. Esta evaluación permitió su adaptación y síntesis a manera de un Manual del profesor. A partir de esta experiencia, se identificó que los alumnos que participaron pudieron desarrollar criterios más amplios y complejos para la conceptualización y diseño del espacio; manifestaron amplio interés y responsabilidad y, finalmente, tuvieron una percepción positiva acerca de la experiencia del proceso de aprendizaje, así como de la pertinencia y valor de lo aprendido.