Descripción:
En la vida ritual de los barrios otomíes de Querétaro destaca una práctica de larga duración histórica, a la que los nahuas prehispánicos nom-braron ytlapial, que son las devociones familia-res a los dioses y objetos sagrados heredados. Ya en la Colonia esta práctica se trasladó a las imáge-nes de los santos que entronaban en sus oratorios y capillas de indios. Estas devociones son sostenidas hasta hoy día por linajes nombrados “los herederos de las imágenes”, cuyas raíces se remontan a la colo-nia temprana. Los devotos apelan al “costumbre”, o bien a que “así lo dejaron los ancestros”. Pero pode-mos decir que es el ritual como forma repetitiva de preservar la memoria de sus ancestros, uniendo el pasado con el presente y el tiempo profano con el sagrado. El trasfondo del rito es sostener la recipro-cidad y retribución entre el santo y sus deudores, así como entre el heredero y su ascendiente. Así, la comunidad ideal se gesta sin conflictos en el espa-cio y tiempo sagrados, mientras que en el mundo profano, la comunidad es presa de sus contradiccio-nes sociales. Esta dualidad funciona como un ethosque orienta el tejido social de las comunidades oto-míes. Este estudio me ha llevado a un tratamiento etnohistórico, basado tanto en la consulta de fuen-tes documentales históricas, como son los testa-mentos, como en el diario de campo y entrevistas no estructuradas a los portadores de la tradición y herederos de los santos.