Los proyectos de desarrollo son estrategias a gran escala que el Estado instrumenta para impulsar el desarrollo y bienestar de una región determinada del país. La búsqueda del progreso a través del aumento de la capacidad productiva, el bienestar social y cuidado del medio ambiente son los elementos que encierra el concepto de desarrollo sustentable, el equilibrio entre ellos promete un futuro sustentable y la elevación de la calidad de vida, tanto para la presente generación como para las venideras. Sin embargo, existe otra realidad. Los proyectos son de naturaleza extractiva y de explotación, han implicado también el coste de vidas humanas, además del coste ambiental, político y económico y social; ya que los megaproyectos se instalan y/o desarrollan en los territorios y explotan los recursos de las comunidades indígenas, mediando amenazas, asesinatos, torturas, intimidación, represalias, presos políticos y desapariciones en contra de los que se oponen a los proyectos. Derecho al desarrollo, no debe implicar imponer un modelo de desarrollo, sino las bases para el mismo. Ni debe interpretarse superior al derecho a la libre autodeterminación y gobierno.